jueves, 20 de septiembre de 2012

2:25.

... yo midiendo en cada segundo la distancia hacia tu boca, sentada al borde de tu abismo con las manos muy llenas y los sueños en pedazos, con el gusto que me ha llegado a producir la imposibilidad desde que sé que sólo ahí te encuentro, y tú despertando corazones mientras te preparas para vivirlos deprisa, escondiendo tu escudo y mostrando el desencanto de una dureza superflua que no se creen los que se esfuerzan en asomarse al precipicio de tu boca. Podré decir quizás algún día que sobreviví a tus maneras, que te gané la batalla por dejar de oir  tu acento en mis palabras y entenderé que pude vencer hasta a la sombra de tus versos  cuando descubrirte lejos deje de ser un motivo para querer abandonar la guerra que me supone quererte sin quererlo, cuando idealizar el drama de tu pérdida cada día no implique desencontrarme conmigo, cuando coleccionar soledades deje de ser mi rutina favorita al momento de comprender que has dejado en cada calle un motivo para desquererme del todo y para siempre. 

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